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La fiesta comenzó desde temprano en casa de J Balvin, quien celebró sus 40 años como un verdadero niño grande: con una alberca de pelotas, un tobogán y una decoración que parecía sacada de un sueño.
La encargada de orquestar esta sorpresa fue su pareja, la modelo argentina Valentina Ferrer, quien transformó la sala de su casa en un parque de diversiones privado. ¿El resultado? Un espacio lleno de globos negros, grises y plateados, una máquina de burbujas y un tobogán que desembocaba en una enorme piscina de pelotas.
En sus historias de Instagram, Valentina compartió los momentos más divertidos del festejo, donde no solo Balvin se dejó llevar por la emoción, sino también su hijo Río, quien no podía esperar su turno para lanzarse por el tobogán. Incluso Akira, el perro de la familia, se unió a la fiesta.
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La decoración fue todo un espectáculo visual: pilares de globos en la entrada del tobogán, el número “40” flotando en el aire y una frase que lo decía todo: “Los 40 son una vibra”. Y vaya que lo son. En pijamas, entre risas y pelotas, la familia disfrutó de un momento íntimo y lleno de alegría.
Aunque el cantante no ha compartido mucho sobre su cumpleaños en redes, sí publicó un par de fotos de su infancia que derritieron a sus fans. En una aparece con una camiseta de rayas rojas y blancas, lanzando un beso a la cámara; en otra, con un gesto serio pero adorable. Imágenes que cobran aún más valor al recordar que Balvin ha hablado abiertamente sobre su infancia marcada por la escasez económica y sus luchas con la salud mental.